Heredero de las primeras grandes escuelas de violín nacidas y florecidas en Italia, Uto Ughi manifestó su extraordinario talento desde la primera infancia. A la edad de doce años, los críticos escribieron sobre él: "Uto Ughi debe considerarse un concertista artísticamente y técnicamente maduro".
La giovinezza è felice perché ha la capacità di vedere la bellezza. Chiunque sia in grado di mantenere la capacità di vedere la bellezza non diventerà mai vecchio.
(Franz Kafka)