ANDREA MORRICONE - La esencia de un compositor con sello personal
El maestro Andrea Morricone, ha conseguido abrirse un camino propio en solitario y crearse un sello propio diferencial en un mundo difícil y con una figura tan emblemática y arrolladora como fuera su padre Ennio. Y lo ha hecho desarrollando unas estructuras melódicas compositivas fabulosas llenas de sensibilidad, ternura y musicalidad, a las que ha dotado de una extraordinaria orquestación.
Sus composiciones son altamente coloridas, variadas e iconoclastas. Van desde la música clásica, hasta la contemporánea, pasando por el pop, la música electrónica y las bandas sonoras de películas, de las que lleva compuestas más de 40.
No hay género que se le resista. Ello hace de él un músico completo y un compositor versátil difícil de encasillar y de olvidar debido a su personalidad propia, camaleónica y adaptativa. Maneja, como pocos, el color en la música consiguiendo mezclas absolutamente asombrosas.
Su exitosa carrera de compositor y director de orquesta ha obtenido, hasta hoy, importantes, innumerables e merecidos reconocimientos, como los dos Golden Globes, la Pluma de Oro en Roma, el Bafta y el Donatello, entre otros.
De personalidad intensa, introspectiva y trabajadora, ha sabido transferir un universo interior muy rico y cristalino en todas sus composiciones, sin distinción de género, con enorme plasticidad y empaste.
Fue un placer hablar con él de musica, cine y mucho más.
¿Qué significa para usted la música y cómo la vive?
La música es una gran pasión. La vivo con alegría y un poco de sufrimiento, porque quien busca la profundidad nunca se contenta con la solución fácil. Conlleva mucho estudio, mucha explicación, pero cuando la composición está finalizada, correcta y bien escrita, escucharla te hace sentir satisfecho, a pesar de que el camino haya sido complejo y exigente.
De estos 25 años de viaje en solitario, tiene una gran obra en diversos géneros: clásica, electrónica, contemporánea, bandas sonoras de películas, y mucho más. ¿Hay algún género que le guste particularmente y por qué? ¿Qué músicos le han influenciado en su trabajo?
El género no hace la diferencia. Lo que importa es el lenguaje. Así pues, no prefiero ninguno en particular, todos son interesantes y difíciles de afrontar para hacerlos confiables y convincentes. El músico que más me ha influido es mi padre, del que aprendí y aprenderé muchísimo. Después están Bach, Beethoven, Mozart. Me detengo aquí ya que la lista sería muy larga; podría nombrar muchos otros, aunque sólo fuera por pequeños detalles.
Con sólo 24 años, y aun siendo estudiante de composición, conquistó la escena musical internacional con su Tema d’amore de Nuevo Cinema Paraíso, por el cual recibió importantes reconocimientos como el Bafta y el Donatello, entre otros, ¿Qué le inspiró a componer esta bellísima melodía? ¿Por qué dice, con frecuencia, que no es su mejor composición?
Escribí Tema d’amore de manera muy simple y no tiene la misma estructura que la de un tema que escribiría hoy, pero debo reconocer que el resultado es extraordinario. Tengo que decir que la gente ama mi canción como yo la amo. Me gusta mucho esta pieza. Es una música extraordinaria. Me acuerdo que mi padre me preguntaba cómo se me había ocurrido, y que él mismo hubiera querido escribirla. Para él, era una melodía muy interesante e intensa al punto que muy cariñosamente me hablaba de ésta como excepcional.
¿Cómo concibe la música jazz y la clásica, desde el punto de vista del lenguaje musical?
Ambos géneros son importantes. El jazz es un género que nació, tal como es, en los Años Treinta y ha encontrado su modernidad, su razón de ser, en Estados Unidos como respuesta a la música culta que se tocaba y componía en Europa. En todo caso, hay que recordar que muchos compositores europeos también fueron a EEUU. La música de jazz es principalmente un hecho ejecutivo, mientras que la música clásica se basa en compositores historizados; esto, en mi opinión, es muy importante subrayarlo. El jazz, por lo tanto, es principalmente música interpretada y poco escrita, aunque importantes músicos de jazz fueron compositores de grandes bandas sonoras. Solo piense en John Williams y Henry Mancini, que conocen muy bien la música escrita y la orquestación. El jazz ha traído cosas nuevas en comparación con los 16 compases o los 8/8 que son del mundo clásico. El uso del ritmo en el jazz es importante, pero el tema también lo es, así come la armonia. La música clásica, por su parte, es fundamental en relación a la solidez de los compositores.
Cuéntenos su pasión por la música electrónica. ¿Qué le atrae de este género y que quiere expresar con ella?
Es fundamental, sobre todo, porque refleja claramente la idea compositiva y, en mi opinión, ocupa un lugar esencial en la música actual. Creo interesante que la música electrónica esté bien escrita para tener relevancia en el panorama musical. Lo que quiero decir es que debe tener la sustancia adecuada, basada en las proporciones de los intervalos, en el contrapunto, en varios niveles, en la armonía. Por supuesto, estoy hablando de la buena música electrónica.
¿Qué importancia y qué tipo de equilibrio tienen la melodía, el arreglo y la orquestación dentro de su obra?
Muchísima. Por ello soy muy estricto y delicado al mismo tiempo. Escribir una partitura es un momento difícil porque hay millones de notas y no te puedes equivocar en ninguna.
¿Cuál es el mejor momento para componer? Compongo cuando siento la necesidad de hacerlo. Es decir, que cuando me llega esa llamada interior - a la que, obviamente, solo yo puedo responder - tengo predisposición a la composición en ese instante. Debo estar dispuesto a escucharme, poder sentir lo que me está pasando y cuando esto ocurre me aislo para componer.
¿Se considera perfeccionista en sus composiciones?
Sí, soy un perfeccionista total. Todo debe ser perfecto. La música es, sobre todo, alegría. ¿Cómo obtienes un resultado? Esto no es importante, lo que importa es el punto de llegada y que éste aporte emociones y sentimientos a las personas. El alma del compositor cuando está componiendo es intrascendente.
Finalmente, ¿cuál es su papel de director dentro de la orquesta?
Los músicos son inmensos con la música que tocan, por ello, el director no es el líder sino parte del grupo de músicos al servicio de la música, aunque tiene la responsabilidad última de que todo se ejecute a la perfección. Para que toda la orquesta funcione debemos conocerla, tener la mente clara, dominar la partitura a 360 grados – desde la primera hasta la última nota –, saberla de memoria, aunque la estemos leyendo, y estar atentos a todo lo que pasa. No tenemos una décima de segundo que perder. Estos son los secretos para llegar a un concierto donde el brindis se hace después.
Portada: Andrea Morricone
Imágenes cortesía del artista