Hay algo mágico en el aire cuando Japón se viste de rosa: es la temporada de los cerezos en flor—los icónicos sakura—que transforman el país en una auténtica obra de arte viviente. En la primera mitad de abril, hace algunos años, mi esposo y yo nos dejamos cautivar por este espectáculo natural, emprendiendo un viaje inolvidable de Miyajima a Tokio.
La giovinezza è felice perché ha la capacità di vedere la bellezza. Chiunque sia in grado di mantenere la capacità di vedere la bellezza non diventerà mai vecchio.
(Franz Kafka)